Generalmente el cliente y el terapeuta quedan en una hora y día a la semana dedicado a generar consciencia de los asuntos inconclusos y patrones repetitivos del cliente de manera que logre cada día un mayor autoconocimiento, tanto de su persona como de sus relaciones, para ir modificando las situaciones que no le sean útiles en esta etapa de su vida.
El cliente decide los temas de los que quiere hablar e indagar. El papel del terapeuta es ser un observador y apoyo en la generación de nuevos recursos y herramientas.
Te ayuda a tener un espacio de autodescubrimiento. Un terreno neutro donde puedas hablar y experimentar sin juicios de valor que te limiten a expresar lo que está sucediendo en tu vida. Te ayuda a crear claridad sobre quién eres, qué quieres y cómo quisieras vivir y acercarte a tus relaciones interpersonales. Te ayuda a dejar ir lo que ya no te sirve para vivir mejor.
La duración de una sesión generalmente es de 45 min. a una hora. En ocasiones se puede acordar sesiones de 90 min. si el tema lo amerita.
Como su nombre indica es un proceso, por lo que no podemos esperar cambios instantáneos de las situaciones que nos rodean. Por lo que se recomienda que el cliente por lo menos dure en el proceso entre 3 y 4 meses hasta que el cliente desee retirarse.